Apple es una de las empresas más valiosas del mundo, cuando no, la más valiosa.
La partida de Steve Jobs el pasado 5 de octubre de 2011, marcó un antes y un después en la vida de la compañía.
Pero lo que es más aún, Jobs se convirtió en un icono, pasó a la inmortalidad.
Para mí, Jobs hizo un aporte a la tecnología de la misma índole que McDonalds hizo un aporte a la gastronomía.
Sin embargo, hay algo que me fascina de Jobs: Su visión/talento empresarial.
Él logró que la gente quiera un iPad, sin saber para qué sirve. Es más, ningún hipster maquero sabe por qué, pero se mueren por un iPod.
El iPhone no es precisamente el mejor smartphone, pero sí uno de los más vendidos.
Jobs fue un taletosísimo empresario, capaz de venderle a la gente, mucho más de lo que necesitan, y mucho menos de los standares promedio de calidad, y aún así, la gente está totalmente fascinada con lo que obtiene de parte de Apple.
Steve Jobs cambió el paradigma. Gracias a Apple, tener una computadora es cool (siempre y cuando sea una Apple) y así formó una nueva moda.
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